¿Qué pasaría si la Biblia que usaban Jesús y los apóstoles no fuera exactamente igual a la que tienes hoy en tus manos?
¿Y si existiera una versión más antigua que moldeó el pensamiento de los primeros cristianos y dio forma al Nuevo Testamento?
Esa versión existe, y se llama la Septuaginta.
En este artículo descubrirás qué es, por qué fue tan crucial para la historia bíblica y cómo sigue impactando nuestra fe hasta hoy.
Introducción a la Septuaginta
Comprender qué es la Septuaginta es fundamental para interpretar la historia de la Biblia y su influencia en el mundo antiguo.
Aquí te explico en detalle sus aspectos más relevantes:
¿Qué es la Septuaginta y por qué es tan importante?
La Septuaginta es la traducción al griego del Antiguo Testamento hebreo.
Fue realizada entre los siglos III y II a.C. en Alejandría, Egipto, principalmente para los judíos que vivían en la diáspora y no hablaban hebreo.
Esta versión fue ampliamente utilizada en tiempos de Jesús y se convirtió en la Biblia de los primeros cristianos.
Muchas citas del Antiguo Testamento en el Nuevo Testamento provienen directamente de la Septuaginta, lo que la vuelve central para entender la conexión entre ambos pactos.
También permitió que los gentiles tuvieran acceso a las Escrituras hebreas en el idioma común del mundo grecorromano, abriendo la puerta al evangelismo más allá del pueblo judío.
El origen de su nombre y su simbolismo numérico (LXX)
El término “Septuaginta” proviene del latín septuaginta, que significa “setenta”.
Esto hace referencia a la leyenda de que 70 o 72 sabios judíos fueron convocados por el faraón Ptolomeo II Filadelfo para traducir la Torá al griego.
La historia cuenta que, trabajando por separado, todos produjeron exactamente la misma traducción, lo cual fue considerado un milagro divino.
Aunque esta narrativa tiene tintes legendarios, dio lugar al uso del símbolo “LXX” (número romano para 70) como abreviatura oficial de la Septuaginta.
Este número no solo simboliza a los traductores, sino que también refleja la percepción de inspiración y autoridad que se le otorgó a esta versión en el judaísmo helenista.
Relevancia histórica, teológica y cultural
La Septuaginta no fue solo una obra lingüística, sino un puente entre culturas.
Sirvió como base textual para la expansión del cristianismo en el mundo grecorromano y moldeó la teología cristiana primitiva.
Además, su influencia se extendió a la liturgia, los comentarios patrísticos y las versiones bíblicas posteriores como la Vulgata.
Fue clave para el desarrollo del canon cristiano, ya que incluyó libros deuterocanónicos que más tarde formarían parte de la Biblia católica.
Culturalmente, representó un acto de preservación de la fe judía en un mundo dominado por el idioma y pensamiento griego.
Y espiritualmente, preparó el camino para que las profecías mesiánicas fueran entendidas y proclamadas por los apóstoles en términos accesibles al mundo gentil.
Contexto histórico de la Septuaginta
Para entender el nacimiento de la Septuaginta, es necesario conocer el contexto histórico y cultural en el que fue creada.
Aquí te presento los factores clave que lo explican:
El Imperio helenístico y la difusión del griego
Tras las conquistas de Alejandro Magno en el siglo IV a.C., el idioma griego se convirtió en la lengua común en vastas regiones del Mediterráneo.
Este proceso de helenización no solo afectó al comercio y la política, sino también a la educación, la religión y la vida cotidiana.
El griego koiné se impuso como idioma universal, desplazando a lenguas locales como el hebreo en muchas comunidades judías fuera de Palestina.
Este fenómeno creó una nueva generación de judíos que pensaban y hablaban en griego, pero ya no comprendían con claridad las Escrituras hebreas.
La diáspora judía en Alejandría
Alejandría, en Egipto, era una ciudad cosmopolita con una gran comunidad judía.
Muchos de estos judíos eran descendientes de exiliados o emigrantes que se habían asentado allí por razones económicas, sociales o políticas.
En este contexto multicultural, los judíos alejandrinos adoptaron el griego como lengua principal, mientras mantenían su identidad religiosa.
Esto generó una fuerte necesidad de adaptar las Escrituras a su nuevo idioma para no perder la conexión con su fe y tradiciones.
La necesidad de una Biblia en griego para los judíos helenizados
Con el paso del tiempo, muchos judíos de la diáspora ya no podían leer el hebreo ni el arameo.
Esto dificultaba la enseñanza, la adoración y el acceso personal a las Escrituras.
Para preservar la fe y facilitar la vida espiritual de estos creyentes, surgió la iniciativa de traducir la Biblia hebrea al griego.
Así nació la Septuaginta: como un esfuerzo pastoral, educativo y cultural para que el pueblo judío helenizado no perdiera sus raíces espirituales.
Proceso de traducción de la Septuaginta
La creación de la Septuaginta estuvo rodeada de historia, leyenda y relevancia teológica.
Veamos cómo se desarrolló este proyecto monumental:
La leyenda de los 70 traductores en Alejandría
Según la tradición recogida en la carta de Aristeas, el rey Ptolomeo II pidió a 72 sabios judíos que tradujeran la Torá al griego para incluirla en la Biblioteca de Alejandría.
Cada uno trabajó de manera aislada, pero al final todos produjeron versiones idénticas, lo cual fue interpretado como una señal divina.
Aunque esta historia puede ser en parte simbólica, ilustra la percepción de unidad, autoridad y fidelidad del texto traducido.
A partir de ahí, el número 70 (LXX) se convirtió en símbolo de la Septuaginta y su supuesto origen milagroso.
Traducción del Pentateuco y libros posteriores
El primer paso fue traducir los cinco libros de Moisés, conocidos como el Pentateuco.
Esta parte fue la más cuidadosamente elaborada, ya que constituía la base de la fe judía.
Más adelante se tradujeron otros libros del Antiguo Testamento, incluyendo históricos, sapienciales y proféticos.
Algunos de estos libros —como Sabiduría, Eclesiástico y Macabeos— no estaban en el canon hebreo, pero fueron incluidos en la Septuaginta, lo que generó diferencias con el canon judío posterior.
¿Fue realmente una traducción inspirada?
Para muchos cristianos primitivos, la Septuaginta era más que una simple traducción: era Palabra de Dios.
La usaban en la predicación y la consideraban autorizada, especialmente cuando las citas coincidían con la enseñanza de Jesús.
Los Padres de la Iglesia, como Agustín y Justino Mártir, defendieron su autoridad divina.
Incluso hoy, algunas iglesias —como la Ortodoxa Oriental— consideran la Septuaginta como su Antiguo Testamento oficial.
Sin embargo, dentro del judaísmo, su estatus disminuyó con el tiempo, especialmente al observar que los cristianos la usaban para sostener doctrinas mesiánicas.
Aun así, la influencia espiritual, histórica y teológica de la Septuaginta es incuestionable y sigue siendo objeto de estudio y reverencia.
Contenido y alcance de la Septuaginta
La Septuaginta no solo tradujo textos existentes, sino que también definió el alcance del Antiguo Testamento para muchas generaciones.
Aquí te explico su composición y su influencia:
Libros incluidos: canónicos y deuterocanónicos
La Septuaginta contiene todos los libros del canon hebreo, conocidos como la Ley (Torá), los Profetas (Nevi’im) y los Escritos (Ketuvim).
Pero también incluye otros libros que no se encuentran en el canon judío posterior, llamados deuterocanónicos por la Iglesia católica o apócrifos por los reformadores protestantes.
Estos libros adicionales incluyen:
- Tobías
- Judit
- Sabiduría
- Eclesiástico (Sirácides)
- Baruc
- 1 y 2 Macabeos
- Adiciones a Ester y Daniel
Estos textos formaron parte integral de la espiritualidad de la comunidad judía helenizada y, más tarde, de la iglesia cristiana primitiva.
Diferencias con el canon hebreo (Tanaj)
El Tanaj hebreo tiene un número diferente de libros y una organización distinta.
Por ejemplo, los Profetas Menores están agrupados en un solo libro y Esdras y Nehemías se consideran uno solo.
La Septuaginta, por el contrario, divide más los libros y agrega los deuterocanónicos, ampliando la colección de textos sagrados.
También presenta variaciones textuales que, en algunos casos, son citadas por el Nuevo Testamento en lugar del texto hebreo.
Estas diferencias llevaron a debates entre judíos y cristianos sobre cuál debía considerarse el canon verdadero, especialmente después del siglo I d.C.
¿Qué versiones cristianas adoptaron su contenido?
La Iglesia católica, en el Concilio de Cartago (397 d.C.) y luego en el Concilio de Trento (siglo XVI), confirmó como canónicos muchos de los libros incluidos en la Septuaginta.
La Iglesia ortodoxa también adopta la Septuaginta como base de su Antiguo Testamento.
Las versiones más influyentes que se basan en la Septuaginta son:
- La Vulgata latina (en parte)
- La Biblia ortodoxa griega
- Algunas versiones modernas de estudio interlineal
En cambio, muchas Biblias protestantes usan como base el canon hebreo (Tanaj), excluyendo los libros deuterocanónicos.
Uso de la Septuaginta en tiempos bíblicos
En los siglos previos y posteriores al nacimiento de Cristo, la Septuaginta tuvo un papel central en la vida religiosa de los creyentes.
Aquí te muestro cómo se utilizaba:
Lectura en sinagogas griegas
En las sinagogas de la diáspora, donde el griego era el idioma común, la lectura pública de las Escrituras se hacía en la versión de la Septuaginta.
Esta práctica facilitó el acceso al texto sagrado a personas que ya no entendían el hebreo antiguo ni el arameo.
La Septuaginta fue también una herramienta educativa para enseñar a los niños y conversos gentiles las bases de la fe de Israel.
Su uso litúrgico fortaleció la identidad judía helenizada y permitió la transmisión oral de las Escrituras en un contexto cultural diferente.
Uso por parte de los judíos antes del cristianismo
Antes del surgimiento del cristianismo, la Septuaginta ya era ampliamente aceptada por muchos grupos judíos.
Era utilizada por filósofos como Filón de Alejandría y en traducciones arameas y comentarios posteriores.
Los rollos del Mar Muerto también muestran que algunos textos de la Septuaginta coincidían con manuscritos hebreos antiguos, lo que refuerza su legitimidad textual en el período del Segundo Templo.
Con el tiempo, sin embargo, el uso de la Septuaginta fue disminuyendo entre los judíos palestinos por su asociación creciente con los cristianos.
Recepción de la Septuaginta en Palestina
En Tierra Santa, el uso de la Septuaginta fue más limitado que en la diáspora.
Los rabinos del judaísmo palestino preferían el texto hebreo tradicional y desconfiaban de las traducciones griegas.
Después del auge del cristianismo y su uso extensivo de la LXX para demostrar que Jesús era el Mesías, la reacción fue aún más fuerte.
En el siglo II, el judaísmo rabínico promovió activamente otras traducciones (como las de Aquila o Teodoción) para sustituir la Septuaginta.
No obstante, en los primeros siglos del cristianismo, Palestina fue también un punto de encuentro de tradiciones, y es muy probable que la Septuaginta tuviera alguna influencia residual en comunidades mixtas.
La Septuaginta en el Nuevo Testamento
La influencia de la Septuaginta en el cristianismo primitivo fue profunda y evidente en el propio texto del Nuevo Testamento.
Aquí te presento cómo los autores del Nuevo Testamento utilizaron esta versión:
Citas de la LXX por Jesús y los apóstoles
Muchos de los pasajes del Antiguo Testamento citados en los Evangelios y las cartas apostólicas están tomados directamente de la Septuaginta.
Jesús, en sus enseñanzas, usó frases que coinciden más con la LXX que con el texto hebreo tradicional.
Por ejemplo, en Lucas 4:18, Jesús cita Isaías 61 con palabras que reflejan la traducción griega, no el hebreo original.
Los apóstoles también recurrieron constantemente a la LXX para predicar a una audiencia grecoparlante.
Esto facilitó la expansión del cristianismo, ya que el mensaje se comunicaba en un idioma comprensible y con referencias conocidas.
Textos mesiánicos utilizados por los primeros cristianos
Los primeros cristianos encontraron en la Septuaginta una herramienta poderosa para mostrar el cumplimiento profético en Jesús.
Pasajes como Isaías 7:14 (“una virgen concebirá”) o Salmo 22 se usaron para explicar la encarnación, crucifixión y resurrección de Cristo.
En muchos casos, la traducción griega de estos textos contenía matices que reforzaban la identidad mesiánica de Jesús.
Esto hizo que la LXX fuera vista como “la Biblia del cristianismo primitivo”.
Al usar la Septuaginta, los apóstoles podían mostrar a los judíos helenizados y a los gentiles cómo las Escrituras anunciaban al Mesías.
Cómo la LXX respaldó la proclamación del Evangelio
La Septuaginta permitió que los evangelistas llegaran con eficacia a un mundo grecorromano.
Sirvió como puente cultural y espiritual entre el judaísmo y el cristianismo naciente.
Los autores del Nuevo Testamento escribieron en griego y asumieron que sus lectores conocían las Escrituras en ese idioma.
La LXX no solo respaldó sus argumentos teológicos, sino que validó el cumplimiento de la profecía en un lenguaje accesible.
Gracias a la Septuaginta, el mensaje del Evangelio se proclamó con autoridad escritural desde el comienzo de la Iglesia.
Comparación con otras versiones bíblicas
Para comprender la importancia de la Septuaginta, es útil compararla con otras traducciones clave.
Estas comparaciones revelan sus fortalezas y sus diferencias textuales más significativas:
Septuaginta vs. Texto Masorético
El Texto Masorético (TM) es la versión hebrea estandarizada del Antiguo Testamento, compilada por eruditos judíos entre los siglos VII y X d.C.
Comparado con la Septuaginta, el TM tiene diferencias en redacción, estructura e incluso en contenido.
Por ejemplo, algunos salmos están organizados de forma distinta, y ciertos versículos son más breves o extensos.
En Jeremías, la versión de la LXX es más corta y ordenada de manera distinta que el TM.
Estas variaciones han generado debates sobre cuál representa mejor el texto original.
Muchos estudiosos creen que la LXX preserva lecturas más antiguas en ciertos casos.
Septuaginta vs. Vulgata
La Vulgata, traducida por San Jerónimo en el siglo IV d.C., es una versión latina que se basó principalmente en el Texto Hebreo, pero también incorporó elementos de la LXX.
Jerónimo consultó ambas fuentes, pero prefería el hebreo como base más “pura” para su traducción.
Sin embargo, debido a la tradición litúrgica, varios libros deuterocanónicos fueron incluidos en la Vulgata según la versión de la Septuaginta.
Esto convirtió a la Vulgata en una obra híbrida, con influencia de ambos mundos.
Ambas versiones fueron fundamentales para la Iglesia: la LXX en Oriente, y la Vulgata en Occidente.
Septuaginta y traducciones modernas
Las traducciones modernas al español (como Reina-Valera o Biblia de Jerusalén) han sido influenciadas en distintos grados por la Septuaginta.
Algunas, como la Biblia de Jerusalén o la Nacar-Colunga, consultan la LXX para mejorar la comprensión de pasajes complejos.
La Reina-Valera, sin embargo, sigue principalmente el Texto Masorético para el Antiguo Testamento.
Hoy en día, varias ediciones académicas incluyen aparatos críticos que comparan la LXX con el TM para ayudar al lector a entender las diferencias.
Estudiar la Septuaginta permite enriquecer la interpretación bíblica moderna y ofrece un acercamiento más amplio a la historia textual de las Escrituras.
Valor teológico de la Septuaginta
Más allá de su utilidad lingüística y cultural, la Septuaginta tiene un peso teológico significativo en la historia del cristianismo.
A continuación, exploramos su relevancia doctrinal y su influencia en los primeros siglos de la Iglesia:
Su contribución a la comprensión de la profecía mesiánica
Muchos pasajes de la Septuaginta contienen formulaciones que resaltan o aclaran el carácter mesiánico de ciertas profecías.
Por ejemplo, Isaías 7:14 en la LXX traduce “almah” (joven) como “parthenos” (virgen), lo cual fue crucial para el argumento cristiano sobre el nacimiento virginal de Jesús.
También en los Salmos, Daniel e Isaías, las formulaciones griegas parecen alinearse con eventos de la vida de Cristo, reforzando la idea de cumplimiento profético.
Esto hizo de la LXX una fuente clave para la teología cristológica desde el siglo I.
Términos clave en griego y su interpretación cristiana
Palabras como “Kyrios” (Señor), “Logos” (Verbo/Palabra) y “Soter” (Salvador) en la Septuaginta influenciaron directamente la terminología teológica del Nuevo Testamento.
Jesús es llamado “Kyrios” en el mismo sentido que el nombre de Dios en el Antiguo Testamento.
El prólogo de Juan (“En el principio era el Logos…”) tiene profundas raíces en la teología de la LXX.
La forma en que la Septuaginta tradujo conceptos hebreos dio forma al vocabulario doctrinal del cristianismo naciente.
Uso de la LXX en la teología patrística
Los Padres de la Iglesia, como Agustín, Orígenes y Justino Mártir, consideraban la Septuaginta como inspirada por Dios.
Fue su versión de referencia en debates con herejes, judíos y filósofos paganos.
Muchos comentarios patrísticos sobre el Antiguo Testamento se basan exclusivamente en el texto de la Septuaginta.
Incluso cuando surgieron otras traducciones, la LXX permaneció como estándar teológico en la tradición oriental (y en parte en la occidental).
Controversias y rechazo entre algunos judíos
A pesar de su aceptación inicial, la Septuaginta se convirtió en un punto de conflicto en la relación entre el cristianismo y el judaísmo.
Aquí se presentan las razones históricas y teológicas del distanciamiento:
La separación del judaísmo rabínico
Tras la destrucción del Segundo Templo en el año 70 d.C., el judaísmo rabínico consolidó su identidad en torno al texto hebreo y a la tradición oral.
Dado que los cristianos utilizaban la Septuaginta para probar la mesianidad de Jesús, los rabinos comenzaron a distanciarse de esta versión.
La LXX fue vista como “contaminada” por la interpretación cristiana, lo que llevó a su progresivo abandono en las comunidades judías.
El uso compartido de la Escritura se convirtió en una frontera teológica entre ambos credos.
Reemplazo por el Texto Masorético en el judaísmo
A partir del siglo II d.C., el Texto Masorético se consolidó como la versión oficial del judaísmo.
Este texto fue preservado, vocalizado y sistematizado por los masoretas entre los siglos VI y X d.C.
Al centrarse exclusivamente en el hebreo, los rabinos rechazaron la legitimidad de la Septuaginta como representación fiel del Tanaj.
Este reemplazo marcó una separación definitiva entre las bases textuales del judaísmo y del cristianismo.
Persistencia de la LXX en el cristianismo ortodoxo
A diferencia del rechazo judío, el cristianismo ortodoxo oriental adoptó la Septuaginta como su versión autorizada del Antiguo Testamento.
Hasta el día de hoy, iglesias como la griega, la rusa y la serbia la utilizan en liturgias, teología y catequesis.
Esta fidelidad a la LXX mantiene viva una tradición textual que se remonta al siglo III a.C.
Además, ha sido fuente de traducciones bíblicas en lenguas eslavas, armenias, georgianas y otras tradiciones orientales cristianas.
La Septuaginta, entonces, no solo sobrevive como testimonio histórico, sino como una voz viva en la fe y práctica cristiana actual.
Ediciones modernas y estudios de la Septuaginta
A lo largo del siglo XX y XXI, la Septuaginta ha sido objeto de rigurosas ediciones académicas y herramientas que facilitan su acceso tanto a estudiosos como a creyentes.
Aquí te presento los recursos más importantes para su estudio actual:
Edición de Rahlfs y Göttingen
La edición de Alfred Rahlfs, publicada por primera vez en 1935, es una de las más conocidas y accesibles.
Está basada en los manuscritos más antiguos y confiables, como el Códice Vaticano, Sinaítico y Alejandrino.
Rahlfs buscó un texto depurado, con aparato crítico y variantes relevantes.
Esta edición es usada ampliamente en seminarios, universidades y traducciones modernas.
Por su parte, la edición de Göttingen (Septuaginta-Unternehmen) es la más detallada hasta ahora.
Esta edición crítica avanza libro por libro, incluyendo análisis exhaustivo de variantes textuales, manuscritos y tradiciones antiguas.
Herramientas para el estudio comparado
Hoy en día existen múltiples herramientas que permiten comparar la Septuaginta con el Texto Masorético, la Vulgata y traducciones modernas.
Entre ellas destacan:
- LXX Morphological Analysis: para ver la gramática y sintaxis del griego.
- Parallel LXX/MT Bibles: que presentan ambos textos en columnas paralelas.
- Apparatus Criticus: para evaluar diferencias entre manuscritos antiguos.
Estas herramientas son ideales para estudiosos que buscan comprender la evolución textual del Antiguo Testamento y su impacto doctrinal.
Biblias bilingües con griego y traducción moderna
Existen varias ediciones bilingües que facilitan la lectura comparada para quienes no dominan el griego.
Las más destacadas son:
- The Apostolic Bible Polyglot: griego interlineal con traducción inglesa.
- La Biblia Septuaginta – Español/Griego (Bilingüe): útil para lectores hispanohablantes.
- La Biblia de Jerusalén y otras católicas también incluyen notas influenciadas por la LXX.
Estas Biblias ayudan a devocionales, estudios personales y predicación fundamentada en el texto original.
Cómo estudiar hoy la Septuaginta
Tanto si eres principiante como si tienes formación teológica, existen métodos accesibles para profundizar en la Septuaginta.
Aquí te explico cómo hacerlo paso a paso:
Recomendaciones para quienes no saben griego
No es necesario ser experto en griego bíblico para aprovechar la riqueza de la Septuaginta.
Sigue estos consejos prácticos:
- Utiliza Biblias interlineales o con traducción literal.
- Busca comentarios que analicen pasajes a la luz de la LXX.
- Comienza por pasajes conocidos (como Isaías, Salmos o Génesis) y compáralos con tu Biblia habitual.
También puedes ver videos explicativos o leer estudios en español que destaquen la influencia de la LXX en la teología cristiana.
Recursos online, interlineales y comparativos
Algunas plataformas recomendadas para explorar la Septuaginta digitalmente:
- BibleHub.com: comparaciones interlineales y traducciones paralelas.
- Septuagint.bible: lectura del texto griego con morfología incluida.
- BlueLetterBible.org: análisis de palabras en griego bíblico con enlaces a léxicos.
Estas herramientas son gratuitas y accesibles para cualquier persona interesada en profundizar en la Palabra de Dios con precisión.
Uso devocional y académico de la Septuaginta
La Septuaginta puede ser usada tanto para estudio formal como para crecimiento espiritual personal.
Aquí te muestro algunas formas de integrarla a tu vida:
- Devocional: elige un Salmo o un pasaje profético y léelo en traducción desde la LXX.
- Estudio teológico: analiza cómo los Padres de la Iglesia interpretaron un texto concreto en base a la LXX.
- Predicación: ilustra tus sermones con las diferencias o matices que la LXX aporta al mensaje.
- Formación de líderes: utiliza pasajes claves para enseñar cómo el Antiguo Testamento fue entendido por los primeros cristianos.
Estudiar la Septuaginta te conecta con la tradición de la Iglesia primitiva y te da una visión más amplia de la revelación de Dios a lo largo de la historia.
Libros recomendados sobre la Septuaginta (Amazon)
Para profundizar en el estudio de la Septuaginta, estos libros ofrecen un equilibrio entre accesibilidad, profundidad académica y enfoque teológico:
- “Invitation to the Septuagint” – Karen H. Jobes y Moisés Silva
Excelente introducción académica y clara para principiantes.
Aborda la historia, contenido, impacto y uso teológico de la LXX con rigor y claridad. - “The Septuagint: What It Is and Why It Matters” – Gregory R. Lanier y William A. Ross
Breve, moderno y enfocado en la aplicación cristiana actual.
Explora por qué la LXX es crucial para entender el Nuevo Testamento y el cristianismo primitivo. - “A New English Translation of the Septuagint (NETS)” – Albert Pietersma (Editor)
Traducción al inglés con notas críticas, ideal para estudios serios.
Permite leer el texto griego con equivalencias modernas, conservando matices clave del original.
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Preguntas frecuentes sobre la Septuaginta
¿Qué significa la palabra “Septuaginta”?
La palabra “Septuaginta” proviene del latín y significa “setenta”.
Hace referencia a la tradición de que setenta o setenta y dos sabios judíos realizaron la traducción del Antiguo Testamento del hebreo al griego en Alejandría.
Por eso, muchas veces se representa con el número romano LXX.
¿Quiénes tradujeron la Septuaginta?
Según la tradición judía y cristiana, la traducción fue realizada por unos 70 o 72 sabios judíos, expertos en la Ley.
Fueron convocados por el rey Ptolomeo II de Egipto para traducir las Escrituras hebreas al griego para su biblioteca de Alejandría.
Aunque el relato tiene un carácter legendario, refleja el contexto histórico real de traducción en la diáspora judía.
¿Qué libros incluye que no están en la Biblia hebrea?
La Septuaginta incluye libros deuterocanónicos que no están en el canon hebreo (Tanaj), como Tobit, Judit, Sabiduría, Eclesiástico (Sirácida), Baruc y los libros de los Macabeos, entre otros.
Estos libros son aceptados por las Iglesias católica y ortodoxa, pero rechazados por el judaísmo y muchas denominaciones protestantes.
¿Por qué es importante para los cristianos?
La Septuaginta fue la Biblia utilizada por los primeros cristianos y por los autores del Nuevo Testamento.
Muchas de las citas del Antiguo Testamento en los evangelios y cartas apostólicas provienen directamente de esta versión.
Además, ayudó a contextualizar la fe cristiana en el mundo grecorromano.
¿Qué relación tiene con el Nuevo Testamento?
El Nuevo Testamento cita más de 300 veces textos del Antiguo Testamento, y la mayoría de esas citas coinciden con la versión de la Septuaginta.
Esto demuestra su influencia doctrinal en la Iglesia primitiva.
Además, muchas profecías mesiánicas se entienden mejor desde la LXX.
¿Cuál es la diferencia con el Texto Masorético?
El Texto Masorético es la versión oficial del judaísmo rabínico, escrito en hebreo y sistematizado entre los siglos VI y X d.C.
La Septuaginta, en cambio, es anterior (siglo III a.C.) y fue escrita en griego.
Existen diferencias textuales significativas entre ambas versiones, especialmente en Salmos, Isaías y Jeremías.
¿La usan hoy los judíos?
En general, el judaísmo moderno no utiliza la Septuaginta.
Después del auge del cristianismo, los rabinos comenzaron a rechazarla por su uso teológico por parte de los cristianos.
Actualmente, el judaísmo se basa en el Texto Masorético para sus Escrituras.
¿Se puede estudiar la Septuaginta sin saber griego?
Sí.
Existen ediciones interlineales, bilingües y comentarios que permiten estudiar la Septuaginta sin conocimientos previos del griego.
También hay herramientas digitales, versiones con anotaciones, y recursos devocionales que la hacen accesible a cualquier creyente.
¿Cuál es la mejor edición moderna de la Septuaginta?
Para estudios académicos, la edición de Göttingen es la más crítica y detallada.
Para uso general, la edición de Rahlfs-Hanhart es más accesible.
Y para lectores en inglés, la NETS (“New English Translation of the Septuagint”) es muy útil y viene con notas explicativas.
¿Por qué algunos cristianos solo confían en la Septuaginta?
Algunos creyentes, especialmente en la Iglesia ortodoxa, consideran la Septuaginta más confiable por ser anterior al Texto Masorético y por haber sido usada por Jesús y los apóstoles.
Ven en ella una fuente más pura de las Escrituras del Antiguo Testamento y valoran su coherencia con la enseñanza cristiana primitiva.
Conclusión
La Septuaginta no es solo una antigua traducción del Antiguo Testamento, sino una pieza clave para entender cómo la fe cristiana interpretó las Escrituras desde sus inicios.
Su influencia ha trascendido siglos, culturas y tradiciones, moldeando doctrinas, liturgias y el pensamiento bíblico de millones de creyentes.
Estudiarla no es solo mirar al pasado, sino descubrir una riqueza espiritual que sigue viva y relevante hoy.
¿Conocías la importancia de la Septuaginta antes de leer este artículo?
Déjanos tu experiencia o reflexiona en los comentarios: ¿Qué impacto tiene para ti conocer que Jesús y los apóstoles usaron esta versión?
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